Yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo, que soy malo; y no saben del Diciembre de ese Enero.
Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego.
Yo nací un día que Díos estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha… Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros.
Pues yo nací un día que Díos estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave.
César Vallejo
ar Vallejo
mastico… Y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de féretro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto.
Todos saben… Y no saben que la Luz es tísica, y la Sombra gorda… Y no saben que el Misterio sintetiza… que él es la joroba musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
|