los que muerden las falanges de sus dedos
mientras un inmenso arcoiris
nos atraviesa las entrañas.
Nosotros somos los muertos.
Nuestras musas en la distancia
estan intoxicadas de ironia sublime…
(ellas rien con burla)
Alimañas astrales
anidan en nuestras cuencas vacias.
Estamos enfermos
somos los perturbados
nosotros somos los muertos.
Nadie nos ha de salvar
de aquellas noches salvajes
donde un viento podrido
nos alimenta
cuando fornicamos aburridos en los dias comunes
y las palabras se remontan en suspiros
en la lejania.
Nadie nos ha de salvar
Francisco Jaymes
Cantos de perversion e inocencia
enero 2005